La tragedia de Port Said, que recientemente “ha causado conmoción en el mundo futbolístico” (cita requerida) ha revivido otra vez la discusión sobre la violencia que rodea el futbol, los ultras, y el alcohol en los estadios.
Se encuentra de todo en la viña del señor, pero lo que más se encuentran
son imbéciles que opinan sin saber: “que bolas los locos que se desviven por el
fútbol”, “esos tipos seguro estaban borrachos”, “eso pasa a cada rato”, “eso es
porque los que van a esos juegos son una cuerda de inadaptados”; y cuando
entramos en los comentarios sobre los hechos del futbol nacional, las
imbecilidad llega a su máximo, con expresiones como: “es que esa gente de las
barras son un poco de malandros”, “tu vez esa gente que esta así, y es porque
esta drogada todo el tiempo”, “pero es que en esos juegos meten hasta
pistolas”, “hay gente que se aprovechan para ir a vender drogas allí adentro”;
e incluso cuando la ignorancia es más atrevida, llegan a afirmar cosas como:
“es que esos del fútbol ¿los del Caracas sabes? Esos son todos chavistas, por
eso es que yo no voy”.
Mentira, usted no va porque le resulta más cómodo gastarse 500 de los
fuertes metido en un tasca, vociferando sobre el Barça – Madrid, comiéndose una
paella con chipi-chipis sacados en La Guaira para sentirse un poquito más
español. Usted no va, porque ni siquiera sabe cuando se juega el Fútbol
Nacional, y por supuesto no puede tener ni idea de cómo es la dinámica en los
partidos, si hay violencia o no, de que clase es, y de donde proviene.
Cuando mucho, su conocimiento sobre los hechos violentos en los estadios
de fútbol venezolano llegará a los eventos de la temporada pasada, donde
los (pocos, poquísimos) fanáticos del equipo del Zamora FC, agredieron a los
fanáticos del Deportivo Lara (también muy pocos), ante la mirada expectante de
los (aun menos) “efectivos” policiales. ¿Pero cuál es la verdad detrás de este
hecho? Pues, sencillamente que la ineficiencia de la FVF (Federación Venezolana
de Fútbol, para los ignorantes), solo se puede comparar con la inexistente
capacidad de los cuerpos de seguridad, cuando es que están presentes –valga decir-,
para mantener el orden en los partidos. El resumen de los hechos es el
siguiente: a los ineptos de la Federación, se les ocurre continuar el partido,
después del medio tiempo, cuando ya los “seguidores” del Zamora habían causados
destrozos en las gradas, y aun mas, deciden hacer el cambio de cancha, dejando
a los jugadores del Lara, justo despaldas a los enaltecidos integrantes de la
Burra brava (o los coge burras, como se les conoce), quienes aprovecharon la
oportunidad para agredir al portero del equipo local. Esta descerebrada
decisión del delegado de cancha de la FVF, se sumo que al momento del juego, no
se contaba con el número de “efectivos” de seguridad mínimo que requiere, no
solo la misma FVF, sino la propia ley del deporte, para celebrar actos
deportivos de gran escala. Así pues, se sumo la ineptitud con la inexistencia,
y dio como resultado el “Desastre de Cabudare”.
Aunque este hecho es lamentable, más lamentable aun es que ya haya
pasado al olvido los hechos del 20 de Noviembre del 2010, cuando después de
finalizar un encuentro entre Caracas FC y el Deportivo Petare, funcionarios de
la Policía Metropolitana, ingresaron a las gradas del
Estadio Olímpico de la UCV, y atacaron a los fanáticos que no habían
salido, incluso con partes de sillas arrancadas del propio Estadio, que valga
decir, en el año 2000 fue declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de
la Humanidad. Sobra escribir cualquier otra cosa, así que le dejo el link a
Youtube para que, quienes no lo han visto, lo vean, y quienes lo han olvidado,
lo recuerden.
Con lo anterior solo quiero dejar claro algo, los desastres en los
Estadios no son siempre causados por fanáticos borrachos, malintencionados, desadaptados,
radicales y drogadictos; y si es que estos dos hechos del Fútbol Nacional no
bastan para convencerlos, existen numerosos ejemplos de tragedias en el fútbol
internacional, que estoy seguro que igual desconoce, pero que le deben
interesar mucho más. Entre estos ejemplos se encuentran:
Los Desastres de Ibrox: en el Ibrox Stadium en
1902 mueren 25 personas en Escocia, en un juego entre Escocia e Inglaterra
cuando una tribuna se derrumba. En el mismo estadio en 1971, por causas que
nunca se establecieron, en un juego de Celtics F.C contra Rangers F.C, se
produjo una caída masiva de los aficionados que terminó en la muerte de 66 de
ellos.
Tragedia de Luzhniki: Ocurrida en el Estadio de
Lenin, en Moscú, en un juego que enfrentaban al Spartak de Moscú y el HFC
Haarlem. En un hecho muy parecido al Desastre de Ibrox de 1971, 67 personas
murieron por una estampida. Curioso en este caso, es que debido al régimen
autocrático que en ese momento dominaba Rusia, las cantidad de fallecidos nunca
se determino con claridad, y hay quienes afirman que no fueron los 67 admitidos
por el gobierno, sino que ascienden a más de 300.
El Desastre de Karaiskakis: en 1981, en Grecia, 21 fanáticos
del Olympiakos mueren, en un juego de este equipo contra el AEK Atenas. La causa
oficial según la policía “una puerta mal cerrada”.
Tragedia de Valley Parade: Bradford City y Lincoln
City, dos equipos de lo que sería el equivalente a la 4ta división del futbol
inglés, juegan el último partido de dicha liga el 11 de mayo de 1985; cuando
esta por acabarse los primeros 45 empieza un incendio en la tribuna principal.
Los aficionados que tratan de escapar no pueden hacerlo, pues las puertas
habían sido cerradas para que nadie entrara sin pagar, el saldo: 56 personas
muertas. Se establecen que la falta de limpieza del estadio, construido en
1908, y algún cigarro no apagado correctamente iniciaron el fuego.
Tragedia de Hillsborough: 96 personas mueren en
1989 en un juego entre Liverpool FC y Notthingham Forest. Más allá de que se
quiso culpar a los hooligans de los hechos, la
investigación oficial determino que la causa del hecho fue el exceso de aforo y
que el estadio no cumplía con las condiciones mínimas de seguridad para
albergar un evento de la magnitud de lo que fue ese juego.
Y si estos sucesos del futbol europeo no lo convencen, entérese de
algunos que sucedieron en nuestro propio continente:
Tragedia del Estadio Nacional de Perú: 47.197 personas viendo
una partido en el que Argentina le gana 1 -0 a Perú, faltando dos minutos para
el final Perú empata; pero el árbitro
(siempre los árbitros) anula injustamente el gol. El Caos. Un hincha de Perú
salta al campo. Los policías le echan los perros. Otros aficionados ingresan al
campo. La policía lanza gas lacrimógeno. Las puertas para la salida del Estadio
estaban cerradas. Mueren 328 personas.
Tragedia de la Puerta 12: Argentina, Boca y River y
un gobierno militar de facto. 71 personas pierden la vida (la mayoría menores
de edad), ¿la causa? Nunca se aclaro oficialmente, debido a que el gobierno
intento tapar los hechos, sin embargo las posteriores investigaciones
periodísticas (incluido un documental de Pablo Tesoriere del 2006) revelaron
que la policía impidió la salida de los hinchas y esto ocasiono las muertes por
asfixia y aprisionamiento.
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Si después de esto, usted sigue creyendo que la violencia de los hinchas
es la causa y consecuencia de todas las tragedias en el fútbol, le recomiendo
algo: Evite la violencia. No regañe a sus hijos, no le pegue a su mujer,
no le grite a los motorizados y por sobre toda las cosas, no se me atraviese,
que yo, YO SI SOY VIOLENTO.
#ARENOSO